martes, 11 de enero de 2011

El enigma de la postal de Benedicto XVI



Un peregrino que se alojó en el albergue jacobeo de Molinaseca envió en 2000 al propietario del establecimiento una postal en la que se despide como "Louis Joseph, futuro papa Benedicto XVI", 5 años antes de la elección de Ratzinger con ese nombre. El documento, de autenticidad verificada por calígrafos, se guarda en una caja fuerte y ha motivado una polémica religiosa. La periodista Paloma Gómez Borrero dice que el enigma es "inexplicable".

Una postal con matasellos del año 2000 que se custodia en una caja fuerte en el albergue jacobeo de Molinaseca, en el Bierzo, es el mayor enigma relacionado con la elección del actual Papa. El misterioso documento protagonizó el contenido del último programa televisivo de Cuarto Milenio en 2010, al que asistió expresamente desde Roma Paloma Gómez Borrero, uno de los periodistas con más facilidad de acceso al entorno del pontífice.

La postal, cuya autenticidad ha sido verificada por expertos, fue enviada cinco años antes de la elección de Ratzinger como Papa al hospitalero Alfredo Álvarez, propietario del albergue de Molinaseca, por un peregrino que le recrimina algunas posiciones religiosas sobre las que supuestamente habrían discutido durante su paso por el hospedaje, y está firmada por "Louis Joseph, futuro papa Benedicto XVI".

Alfredo Álvarez asegura que al principio no dio mucha importancia a la carta, pero aún así decidió guardarla. Se felicitará de haberlo hecho cuando, en la primavera de 2005, siguiendo por televisión los fastos de la coronación de Ratzinger como Papa, cayó en la cuenta de que el rostro del nuevo pontífice le sonaba. El hombre entronizado en el Vaticano había pasado por el albergue de Molinaseca años antes como peregrino camino de Compostela.

El enigma se reavivó al hilo del malentendido provocado por una entrevista en la que el portavoz del Vaticano, el jesuita Federico Lombardi, se felicitaba de que Benedicto XVI regresara a Santiago, dónde había estado años atrás. Pocos días después, Lombardi rectificó sus declaraciones y aclaró que se había confundido y que Joseph Ratzinger jamás había puesto un pie en Santiago.

Los análisis caligráficos efectuados a la misteriosa postal garantizan que no ha sido manipulada, fue enviada en 2000 desde la localidad provenzal de Aprés de Montpellier y que tanto la escritura como la tinta corresponden a un mismo autor lo que, como mínimo, confirma que el documento vaticinó con cinco años de adelanto el nombre del siguiente Papa. Otra cosa es la autoría de Ratzinger, que, de confirmarse, se entendería como un acto de soberbia y arrogancia. En cualquier caso, el Vaticano no ha facilitado manuscritos del Papa para su comparación caligráfica con el texto de la postal. "El calígrafo al que acudí en Madrid garantizó su autenticidad, pero contó con muy poco material manuscrito de Ratzinger , apenas una firma, para poder valorar si es de la autoría del Papa –asegura Alfredo Álvarez–. Lo que sí está claro es que el documento es auténtico. Yo no quiero entrar ahora en si Ratzinger estuvo o no en el albergue. No quiero problemas con la Iglesia ni con el Vaticano. Simplemente guardo un extraño documento auténtico. Y lo cierto es que quien lo escribió o era adivino o sabía ya en 2000 cuál iba ser el nombre del Papa".

Durante el transcurso del programa Cuarto Milenio, la periodista Paloma Gómez Borrero aventuró que no le parecía escrita por Ratzinger por el tipo de retórica empleada en los argumentos con los que recrimina la postura religiosa de Alfredo Álvarez.

También afirmó que el Papa no hablaba español, algo que niega Alfredo Álvarez. que llegó a ser acusado de falsificador por el obispo de Astorga. "Eso sí que no lo consiento. El documento es auténtico. Otra cosa es quien lo escribió ", dice este, tras no pocos quebraderos de cabeza. Pero lo cierto es que ahora es la propia Iglesia quien empieza a mostrar una creciente curiosidad por la enigmática postal.

(FUENTE: farodevigo.es)

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