¿Te ha pasado que sales de estar con alguien sintiéndote terriblemente cansada? Que sientes cómo te roba la energía.
De eso que estás teniendo un gran día, te sientes en la cima de la productividad y después de 10 minutos de estar con esa persona, pum, tu día se pone nublado y te sientes exhausta.
Si te ha pasado esto, no eres la única; sobre todo las personas sensibles, son más susceptibles a que les pase esto.
Los expertos llaman a este tipo de personas como “vampiros energéticos”.
¿Qué es un vampiro energético?
Son un tipo de persona que te consume la energía. Después de pasar tiempo con ellos, la interacción siempre te deja agotado y cansado.
Lo más curioso es que generalmente son personas que a primeras luces parecen “las más carismáticas, el alma de la fiesta, de esas con las todo mundo quiere llevarse. Salvo por el hecho de que después de pasar un tiempo a su lado, terminas sintiéndote un poco loco”, explica la Dra. Christiane Northrup en el libro “Dodging Energy Vampires”.
Los vampiros energéticos no siempre son fáciles de distinguir y se presentan en todas las formas y estilos. Y en casos extremos pueden llegar a ser sociópatas o mostrar los síntomas de un desorden de personalidad.
¿Cómo reconocer a un vampiro energético?
1. No aceptan la crítica.
Una de las cosas que más valora un vampirito es verse bien, así que si se te ocurre sugerir que algo acerca de ellos necesita una mejora, tienden a cerrarse o enojarse.
2. No se hacen responsables de sus actos
No les gusta asumir sus culpas. “No tienen el mismo código moral o conciencia”, dice Northrup en el libro. Siempre es alguien más haciéndoles algo. En otras palabras, sabrás que alguien es un vampiro energético porque va por la vida haciéndose la víctima.
3. Son manipuladores
Recurren a sofisticadas tácticas de manipulación para salirse con la suya. Invierten mucho tiempo pensando cómo lograr sus objetivos que para satisfacer sus necesidades narcisistas como atención, dinero, sexo y estatus.
4. Son drama queens
Por su misma forma de ser tienden a atraer los dramas a su vida. Generalmente te buscarán para hablarte de algún dramón por el que estén pasando para pedirte tu consejo, pero la realidad es que no importa que les digas, no te harán caso.
"Si no hubiera drama, los vampiros energéticos tendrían que mirar el lado espiritual de la vida, pero tienen miedo", explica la Dra. Northrup. “Buscarán algo por lo qué pelear si sienten que todo está fluyendo bien, solo para obtener energía, buena o mala".
Nada cambia con ellos y tarde o temprano terminará afectándote.
5. Sin importar qué hagas, siempre te dejarán con un sentimiento de frustración.
Ellos tienden a eludir preguntas simples, harán todo lo posible para retratarse de la mejor manera posible, y hacen parecer que ninguna cantidad de apoyo o amor puede ayudarlos. Aunque puede amar y respetar a ciertas personas en tu vida, agotarán tu energía proyectando sus problemas en ti.
Nadie tendría por qué cargar con los problemas de alguien más, lo cuál es una buena noticia pues siempre habrá una forma de lidiar con este tipo de personas.
¿Cómo protegerte de ellos?
La mejor defensa es una buena ofensiva. Ponerte a ti mismo y tus necesidades primero es el equivalente a ponerte a la ofensiva.
Y si has tratado de que ese vampiro cambie su actitud y sea más considerado con los demás pero no lo has conseguido, es momento de la retirada.
Empieza con pasos simples: elimínalos u ocúltalos de tus redes sociales para que no puedan afectarte incluso desde la distancia.
Hasta puedes decir que “no” a cosas que no quieres hacer. Con el tiempo te será más fácil y tendrás una mayor habilidad poniendo límites saludables.
"Cuando controlas tu propia vida y tus relaciones, los vampiros energéticos y otros depredadores sentirán tu luz y correrán hacia el otro lado", afirma Northrup. "Cuando desarrollas límites saludables y distingues a los vampiros, ganas: a los vampiros no les gusta destacarse a la luz del sol o que sus tácticas sean evidenciadas”.
Aunque no hay nada de malo en ponerse a disposición de los demás, primero debes procurarte a ti mismo. Al final del día, tener límites saludables hace una gran diferencia. Así que no tengas miedo de hacerlos valer.
(FUENTE: veintitantos.com)
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