miércoles, 12 de enero de 2011

El poder de la mente: pensar en comer dulces reduce su consumo



Si lo que busca es perder peso, piense en comer su dulce favorito. Es más, imagínese devorando cada bocado. Ésta es la recomendación que realizan hoy en Science investigadores de la Universidad de Carnegie Mellon (Pittsburgh, EE UU), tras un detallado estudio en el que concluyen que si bien “la idea fugaz de un chocolate es a menudo suficiente para inspirar un poderoso antojo de algo dulce, si se piensa en los movimientos de devorarlo –cada mordida, masticada y trago repetitivamente– el efecto inmediato es un menor consumo”.

Este tipo de respuesta reducida a un estímulo repetitivo es conocido como habituación y Carey Morewedge, el autor principal del estudio, demuestra que las mismas imágenes mentales de forma reiterada tienen efectos muy diferentes a si se imaginaran una sola vez. Mientras con las primeras se consigue reducir la ingesta, con una única imagen se abre, sin embargo, el apetito.

Este descubrimiento, además de eliminar la extendida creencia de que pensar en comida aumenta la ansiedad de consumirla, tiene un amplio rango de aplicaciones potenciales y podría ser utilizada para regular comportamientos tales como dietas y rutinas de ejercicio. “Creemos que estos resultados ayudarán a reducir el consumo de drogas y cigarrillos y espero que también a aprender a elegir alimentos más saludables”, señala Morewedge.

Queso y chocolate
Los investigadores llevaron a cabo una serie de experimentos en los que se pidió a un grupo de participantes que se imaginaran a sí mismos comiendo grandes cantidades de un alimento –exactamente chocolate y queso–. A otros se les pidió que se imaginaran comiendo menos de esos alimentos y haciendo algo completamente diferente. Después de que cada uno visualizara la tarea en su mente, se les puso delante un tazón lleno con grandes cantidades de esos alimentos, permitiéndoles comer hasta saciarse.

Morewedge y sus colegas descubrieron que los participantes que habían imaginado ingerir grandes cantidades tomaron mucho menos que los demás. “Nuestros hallazgos muestran que la habituación no se rige solamente por las entradas sensoriales de la vista, olfato, oído y tacto, sino también por la forma de consumo presentada mentalmente”. “Las imágenes involucran a los mecanismos neuronales de forma similar y del mismo modo que afectan a las emociones, tendencias de respuesta y comportamiento de la destreza motora”, destacan los investigadores.

(FUENTE: intereconomia.com)

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